SORTEO POLONSKI 2011

Crítica en A sala Llena


En el barrio de Boedo, donde la oferta teatral está creciendo considerablemente, nos encontramos con una desapercibida puertita. El teatro “Boedo XXI”.

Ingresamos a la sala y directamente nos encontramos en un living de un departamento decorado de modo muy clásico. Suena una ópera.

Amalia está allí, pedaleando en su bicicleta fija, con su imagen que emana tensión, contención, represión, pulcritud…será interrumpida por el teléfono, que viene a notificarla de la muerte de su tía Rita.

Amalia no gusta del encuentro con otros. Es muy determinante en su modo de hablar y en sus decisiones. Toma un mix de pastillitas homeopáticas para “controlarse”. Se altera sobremanera cuando sus vecinos escuchan la música a fuerte volumen. Baila a escondidas un bolero. Arroja los objetos de modo violento en lugar de guardarlos.

Esta muerte de la tía genera el encuentro con su prima Mónica. Encuentro que tratará de evitar, pero finalmente llegará, aunque Amalia diga no encontrar las llaves que abren la puerta.

Mónica y Amalia no se ven hace mucho tiempo, sus edades y la época en que transcurre la historia podría ser cualquiera. Mientras esperan a Mario Marito se desarrollan diálogos de gran ocurrencia interpretados por estos dos personajes muy bien caracterizados.

Las dos actrices se destacan en su actuación. Saben mantener todo el tiempo el personaje y su postura, lenguaje, expresiones.

Personalmente me entretuvo mucho. El tiempo de duración pareció volar. En algunos puntos, si bien la obra exagera las conductas, pude verme identificada. A mí y a otros personajes que me rodean…

Amalia (quien es actriz y autora de la obra) , la aparentemente formal, dura, inconmovible, insensible, virgen. Una Amalia que tiene un santo propio en quien deposita algo más que plegarias y pedidos. Y Mónica, la aparente ricachona, ruidosa, inocente, ocultadora, juguetona, dicharachera…que con su voz impostada y su forma de hablar realmente me ha sabido hacer reír. Mónica que no recibe llamadas de su admirador, como ella dice, sino de otra persona menos grata.

Mientras comparten tecitos que nunca toman, sidra peronista, y juegan al “Yo nunca” irán contándose sucesos de irrelevante importancia. La obra transcurre sin que haya un acontecimiento demasiado importante, con eventos algo bizarros... Son los diálogos ocurrentes y la calidad interpretativa lo que resulta más entretenido.

Quizás el punto de quiebre de la obra sea cuando en el “Yo Nunca” ambas dejan entrever sus soledades y puntos débiles.

Finalmente, estas dos mujeres se irán uniendo a medida que van mostrando sus costados más ocultos, se harán compañía una a la otra, compartirán recuerdos y tendrán puntos de encuentro a pesar de las diferentes personalidades. En definitiva, compartirán un momento de sus vidas y se contendrán y cuidarán mutuamente a pesar de las diferencias.





Fuente: http://www.asalallenaonline.com.ar/teatro/criticas/2119-las-impacientes-polonsky.html

Nueva crítica en Reseñas


Tragicómica, jocosa y por momentos bizarra, Las impacientes Polonski se estructura a partir de un texto sólido -en el que se entretejen. como un pastiche, referencias a la onda new age con trozos de texto heideggeriano- y dos actrices encantadoras y por momentos atemorizantes.
Las primas Amalia y Mónica Polonski se reúnen para ir al velorio de la tía Rita. Durante la espera del coche que las lleve a la fúnebre reunión, se desencadenan diversos momentos triviales y excéntricos con destellos de profundidad trágica y con un sentido del humor peculiar y efectivo.
Aunque opuestas, Amalia y Mónica comparten la locura familiar de los Polonski. Amalia aparenta ser neutra y gris, pero por momentos su delirio despierta e irrumpe, como un golpe sonoro. Mónica esconde, detrás de un relato alegre y despreocupado y un tono por demás particular, otros desasosiegos. La obra, sin embargo, no se contenta sólo con mostrar esta demencia: a pesar del grado extremo de desvarío de las Polonski, en esa locura es posible reconocer diversas facetas de lo femenino y de lo familiar.

Fuente: Reseñas

Otra más...

Crítica de Danila, columnista de espectáculos de Falso Impostor de Rock and Pop

De Adicciones Alternativas y Sidras Peronistas


Las Impacientes Polonski
Autoría: Laura Eva Avelluto
Actuan: Laura Eva Avelluto, Sol Ricci
Dirección de arte: Soledad González
Dirección: Leticia Torres

A dos cuadras de San Juan y entre las mesitas de los bodegones sobre la vereda de avenida Boedo hay una puerta. Sencilla. Una puerta de madera que no informa. Que no da pista de lo que hay a sus espaldas. Una escalera y otra más y estamos en el living de una sala de teatro con sabor al sur de Buenos Aires, a San juan y Boedo antiguo y más allá.

Unos pasos hacia adentro, antes de que nos sentemos en las butacas, Amalia ya esta pedaleando. Nunca la joguineta, el remeron y la expresión de desgano combinaron tan bien en este cuadro de aparente pre-suicidio. Amalia es rígida. Tensa. Tiene principios. Moral. Tiene fé en el sentido común y las revistas muy interesante. En los ojos de amalia y en la ópera que suena de fondo interviene el mismo dramatismo.

El teléfono a rosca resuena para que Amalia se entere de que la tía Rita murió, y suena de nuevo para avisarle que su prima Mónica va a estar en su casa, a solas con ella, mientras esperan que Mario Marito las venga a buscar para ir al velorio.

Monica quiso ser de clase alta, quiso tomar el te en tacitas de porcelana a las cinco en punto cualquier dia de otoño. Habla primero. Se hace cargo antes que Amalia de todas esas mañas producto de este tipo de soledad. La que no fue buscada, pero tampoco combatida. La soledad que trastorna.

Laura Avelluto (Amalia), quien tambien es la autora de Las Impacientes... y Sol Ricci (Mónica) no tienen más de 25 años, interpretan a mujeres de 50 en una Argentina peronista propia de los cuarenta, pero también podria situarse esta pieza en la actualidad. Esta impresición eventual podría llegar a confundir al espectador, pero tiene un valor dramatúrgico. Según Laura, hay un juego con la intemporalidad que hace que no esté todo claro. Hay un punto donde estas mujeres podrían tener cualquier edad, y podrían vivir en cualquier tiempo, ya que tienen un estado de soledad que va más allá.


Fuente: http://lapalabraenlaboca.blogspot.com/2011/04/de-adicciones-alternativas-y-sidras.html

Nueva crítica de Las impacientes Polonski


Por Martìn Artigas (Nuestros Actores)



¿Qué sucede cuando dos mundos aparentemente opuestos colapsan? O mejor aún: ¿qué pasa cuando dos personas que parecen tener muy poco en común, encerradas en una habitación, se ven forzadas a compartir un diálogo?

Amalia y Mónica Polonski son primas y no se ven desde hace mucho tiempo. La muerte de una tía (cercana, pero no demasiado querida) las junta en el departamento de la primera, a la espera de que las pasen a buscar para asistir al velatorio. Pero el tiempo hará de las suyas, y la impaciencia de estas dos mujeres las empujará a abrazarse en sus patéticas soledades.

Con un texto de Laura Eva Avelluto –también protagonista de la pieza-, en Las impacientes Polonski se construye un universo. Un universo en el que conviven globulitos homeopáticos y una bicicleta que no conduce a ningún lado con el recuerdo de una mascota malograda, una colección de fotos viejas y hasta la imagen de un dios hindú con alcances algo carnales.

Allí habita Amalia (Avelluto), mujer distante, cerebral y severa que sólo pierde la calma cuando sus vecinos suben demasiado la música. Su prima Mónica (Sol Ricci) parece diametralmente opuesta, algo boba, colorida y dicharachera. Y mientras toman el té que nunca toman, conversan. O al menos lo intentan.

Así, sabremos que Amalia cree fervientemente en el poder de las medicinas alternativas y que mantiene una relación muy terrenal con Gregorio, el dios hindú en cuestión. También que Mónica tiene varios pretendientes de alta alcurnia –como ella-, pero que prefiere hacerse desear. Aunque quizás apenas se trate de una máscara para una realidad que la persigue con insistencia y que ella prefiere no dar a conocer.

Con un tono desopilante, el relato entretiene y se apoya cómodamente en la interpretación de las actrices. Ellas, con oficio y talento, le ponen el cuerpo a estas dos mujeres que apenas se conocen pero que, convocadas por una muerte, van desnudando sus miserias y hermanando sus caminos.



Fuente: http://www.nuestrosactores.com.ar/index.php/component/content/article/10-noticia-secundaria/1625-criaturas

Crítica en show on line

Recomienda: Rocio Villar

Las impacientes Polonski viven en un tiempo demorado en dónde la espera constituye el hilo conductor de la obra. Esta comedia con pinceladas dramáticas propone un encuentro íntimo con el espectador. Desde el inicio asistimos como invitados a la casa de Amalia, participamos de su intimidad y del encuentro con su prima Mónica, y esperamos, junto a ellas, a que algo ocurra.

La muerte de la tía Rita reúne a las protagonistas en la espera de un llamado que las conducirá al velatorio y que ellas no están seguras de querer recibir.


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Fuente: Show on line